domingo, 18 de octubre de 2009

Sábado, Main St.



Basta estar a la hora adecuada en Main St. para verlos llegar desde los campos. Esos hombres, esas bestias de carga de espaldas hundidas aparecen por la ciudad al anochecer como diablos polvorientos directamente llegados del desierto. No conocen padre, no conocen hermano, ni un ápice de temor de Dios albergan sus almas. Todo debe hacerse en una noche. Todo se expiará mañana al doblar la campana.


No hay comentarios: