lunes, 16 de junio de 2008

El trapecio,



"Poco después, asqueado, decidido a renunciar a cualquier carrera artística, pero sin querer abandonar el mundo del espectáculo, se hizo empresario de un acróbata, un trapecista, al que habían hecho rápidamente famoso dos particularidades: la primera era su extremada juventud -no había cumplido aún doce años cuando lo conoció Rorschash-; la segunda, su facilidad para permanecer horas seguidas subido en el trapecio. El público corría al music-hall y a los circos donde actuaba para verlo no sólo ejecutar sus ejercicios sino dormir la siesta, lavarse, vestirse y tomarse una taza de chocolate en la estrecha barra del trapecio, a treinta o cuarenta metros del suelo."

Georges Perec, La vida instrucciones de uso


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