jueves, 5 de junio de 2008

Sinvivir,



-Doctor, hay algo en mí que no soy yo.

Dejando a un lado las prótesis, los empastes o las muelas con nervio muerto, ocurre que en ocasiones uno tiene la impresión de estar viviendo-una-vida, es decir, de vivir no siendo una cosa con la vida sino atravesado por ella, ensartado en algo ajeno. La vida se vive, se vive ella a sí misma, incluso a nuestra costa pero también con nuestra participación: esperanzados, deseosos, ilusionados, la vida se nos ancla en las esperanzas, en los deseos, en las ilusiones, porque después de todo uno ya está en la vida, que por algo lo nacieron, y a algún término hay que llevarla.

"-Bueno -dijo Etienne con voz soñolienta-, no es que haya que intentar vivir, puesto que la vida nos es fatalmente dada. Hace rato que mucha gente sospecha que la vida y los seres vivientes son dos cosas aparte. La vida se vive a sí misma, nos guste o no. [...] Probablemente de todos nuestros sentimientos el único que no es verdaderamente nuestro es la esperanza. La esperanza le pertenece a la vida, es la vida misma defendiéndose. Etcétera. Y con esto yo me iría a dormir [...]"

Julio Cortázar, Rayuela, 28

Incontestablemente nacidos, a diferencia del ser vivo nosotros estamos vivos. En el espacio de ese agravio comparativo entre el ser que vive y la vida en que uno está, se juegan todas las oportunidades de vida y muerte que nos dan o que nos damos. Para quienes viven la vida como quien gestiona una empresa, la bancarrota es fracaso. Para quienes lo hacen como se acaudillan ejércitos la derrota puede incluso ser honorable. Para aquellos que hacen de la vida la ocasión de la ocasión, el hecho de darse la muerte puede ser tan sólo el placer de otro improbado más, el placer del último placer en lo no probado. Cualquiera sabe, uno todavía no se ha muerto nunca.

***

Sobre estas cuestiones, me he encontrado con una increíble colección de materiales editados bajo el título Vacaciones en Polonia, 3: Suicidios y literaturas. El volumen incluye, junto con los cumplidos homenajes a los célebres suicidas célebres, un buen caudal de reflexión sobre el tema y una guinda final bajo la forma de una lista suicipédica, todo ello editado con el mejor gusto del fanzine, es decir, con todo el disgusto de lo convencional. [Enlace en la imagen]


2 comentarios:

Anónimo dijo...

"Probablemente de todos nuestros sentimientos el único que no es verdaderamente nuestro es la esperanza. La esperanza le pertenece a la vida, es la vida misma defendiéndose." Pues sí, con esto yo tambien me iría a dormir tranquilo... Que verdad mas grande.

¿Qué tal te ha ido por París?
Yo por el salvaje y verde oeste irlandes bien. Ahora sigo aún por tierras castellanas, ya avisare cuando llegue a Valencia.

Hablando de Castilla, me estoy empezando a leer: Castilla, lo castellano y los castellanos de Delibes y pinta muy bien.

Al final fue a la libreria, y le compre una revista que se edita en londres Stimulus->response, cosa fina, fotografia, poesia, literatura... te puedes imaginar... pero cuando estaba a punto de irme no me resiste a llevarme tambien el ultimo ejemplar de Vacaciones en Polonia 3, es una pasada tio, una pasada... Tambien se lo regale a ella y le encanto... pero ya sabes quien se lo va a leer este verano :D

Bueno David voy a darle un poquillo al estudio. ¡Nos vemos pronto!

Fernando

B.J. Turner dijo...

Buenas Fernando,

Creo que has inventado un género mixto: entre comentario a blog e e-mail. Pura economización de medios, no está nada mal.
Veo que no perdiste el tiempo en la Ubik y que, además, estás reforzando tu identidad mesetaria vía Delibes -insigne mesetario donde los haya. Ya me contarás entre cervezas cómo ve el pucelano la "castellanidad".

Un abrazo.