"Un buen músico es aquel cuyas melodías tienen sobre todo larga respiración" (Sobre las últimas cosas, Otto Weininger)
La libertad fue, por un instante, una Gibson Les Paul aullando desde un amplificador Leslie y el tronar sincopado de un kit Ludwig canalizado por dos micros MI 160.
La libertad fue, por un instante, el vuelo ligero de un ave de hojalata y el centelleante crepitar de su aleteo huyendo del amanecer incandescente, eléctrico.
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