martes, 23 de septiembre de 2008

Paraísos cotidianos,

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En el prólogo de Los conjurados escribe Borges:

"Al cabo de los años he observado que la belleza, como la felicidad, es frecuente. No pasa un día en que no estemos, un instante, en el paraíso."

Es una frase que muchos llevan en el bolsillo, atesorada como un respaldo para concebir que todo es susceptible de ser visto como hermoso. Esa mirada necesariamente positiva que banaliza el mundo no tiene, creo, nada que ver con Borges, y para quien vaya buscando eso hay libros de sobra. Queda claro en el drama que esconde lo que sigue al primer punto: poblamos el paraíso al menos un instante cada día y, entonces, somo expulsados una vez más al instante siguiente y el éxodo continúa. Pero irremediablemente ahí siguen los paraísos cotidianos y tan fácil resulta pensar esta salvación transitoria como una recompensa a la travesía, como ver en ella una broma macabra. Irremediablemente ahí siguen. Por suerte ahí siguen.




2 comentarios:

CARLOS ARTURO GAMBOA dijo...

Sólo atreven adjetivos del paraíso los expulsados, los que no conocen otros mundo qúé pueden saber de la belleza y la fealdad, esas siameses del arte...

Dolores Garibay dijo...

Hola B.J. Turner,

Excelente frase del maestro Borges. Como bien lo dice, no hay día en que no estemos en el paraíso aunque, claro, no hay que olvidar la belleza es muy subjetiva. Y a lo mejor lo que hoy me parece el infierno, mañana me resultará el paraíso.

Besos chilangos