El humo sellaba el tiempo. Era como si sólo fumando fuésemos a pasar a la hora siguiente, y fumábamos a todas horas, en todas partes y a todas horas. Fumábamos en la cama, antes de acostarnos y ya dormidos, y antes de follar y después de follar y mientras follábamos, como si fuésemos máquinas de joder echando humo a escape. Fumábamos para ponernos en la cara quiénes éramos y para poder ser alguien, porque uno podía tener el cigarrillo entre los dientes como un perro de presa, o medio caído y casi apagado y retorcido como en la boca de un perdedor, o cogido firmemente con la decisión de un Churchill o un Eisenhower. De algún modo aquello nos salvaba. Nos salvaba de lo que hubiese del otro lado del humo, del otro lado de las horas, y si quedaba por llegar un minuto que fuese el último, bien, aún quedaba tiempo para echar un pitillo y después terminar de una jodida vez.
domingo, 22 de marzo de 2009
Las horas de humo,
El humo sellaba el tiempo. Era como si sólo fumando fuésemos a pasar a la hora siguiente, y fumábamos a todas horas, en todas partes y a todas horas. Fumábamos en la cama, antes de acostarnos y ya dormidos, y antes de follar y después de follar y mientras follábamos, como si fuésemos máquinas de joder echando humo a escape. Fumábamos para ponernos en la cara quiénes éramos y para poder ser alguien, porque uno podía tener el cigarrillo entre los dientes como un perro de presa, o medio caído y casi apagado y retorcido como en la boca de un perdedor, o cogido firmemente con la decisión de un Churchill o un Eisenhower. De algún modo aquello nos salvaba. Nos salvaba de lo que hubiese del otro lado del humo, del otro lado de las horas, y si quedaba por llegar un minuto que fuese el último, bien, aún quedaba tiempo para echar un pitillo y después terminar de una jodida vez.
publicado por B.J. Turner y eran las 17:03
Etiquetas: Breviario, La identidad, Serie Negra, Tabaco, Vidas muertas
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
El lunes por la noche, cuando ya teniamos mas de demediada una botella de cava vi esta entrada del blog y me dio por leerla en voz alto. Las palabras que emanaban de mi boca reverberaron transcendeltalmente y por momentos quedaban flotando en el aire, mezclandose unas con otras. Se podian ver aunque no tocar. Justo como el humo al que se dedica este post...
Mesetario.
Publicar un comentario