martes, 4 de diciembre de 2007

Introducción a lo desacostumbrado,

Para llegar a ser de otra manera bastará con hacer cosas que nunca hizo, que nunca tuvo la intención de hacer, que nunca pudo pensar en hacer. La expresión de esta idea, a priori sencilla, -para la que no se debería necesitar más que cuatro palabras de un arrebato de fiebre sintética, concretadas en el epigrama "se de otra manera"- consta en su desarrollo, no obstante, de un buen número de tramos, traumáticos todos ellos. Ciertas aptitudes son requeridas: apego a la traición, poca confianza en uno mismo, desconfianza respecto a los apelativos empleados comúnmente para referirse a la propia persona, etc. El desarrollo de las mismas se acomete fácilmente con la dosis necesaria de voluntad o de falta de voluntad -dependerá, evidentemente, del carácter de origen. Si se pone en ello, pronto observará que no tenía ninguna razón de fondo para ser de la manera que usted es, y que si ha resultado ser un buen hombre, de sentido común y marcada laboriosidad, igualmente podría haber sido y, de hecho, puede llegar a ser un perfecto imbécil, un holgazán y una zafia bestia inmunda. La excusa de la mayor probabilidad de situaciones felices y reconocimiento social queda desmentida por la hipótesis anteriormente mencionada de la ausencia de razón de fondo, así como por la historia en general y la prensa y el común desarrollo de las relaciones sociales en particular.



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